Comercializar un producto o servicio implicará, en alguna fase del plan de negocios, promocionarle. Ello se realiza a través de algún medio de comunicación hacia un público objetivo, pretendiendo estimular su demanda o cambiar la opinión o comportamiento del consumidor por medio de estrategias publicitarias.
Para lograr dichas metas se ha hecho uso de la mercadotecnia o marketing, como se le ha dado a llamar recientemente y que se conceptualiza como las actividades de un negocio que dirigen el flujo de mercancías y servicios del productor hacia el consumidor. Su implementación es fundamental para promover un negocio.
Tradicionalmente, el marketing se ha dirigido al logro de ventas inmediatas, con un enfoque prioritario en el producto o servicio, sin tomar en cuenta la relación entre marca y cliente. Se basa en estrategias como: ventas directas, publicidad en televisión o radio, y medios impresos como revistas o periódicos. A pesar de ser una forma tangible de publicidad tiene varias desventajas, como el que los tiempos de renta de algunos medios de comunicación son muy costosos y el hecho innegable de que no existe interacción con el consumidor objetivo.
Ahora bien, ante la gradual evolución del desarrollo tecnológico y sus múltiples aplicaciones en toda actividad socioeconómica, aunado a que medios como la televisión o el periódico han migrado a versiones online, surge una alternativa de menor costo y mayor impacto a nivel masivo, el marketing digital; que consiste en la implementación de estrategias de comercialización en medios digitales como páginas web, banners, online ads o social media.
Invertir en marketing digital tiene grandes ventajas, ya que permite dirigir la publicidad al nicho de mercado específico, prioriza la interacción con el consumidor, tiene un costo más accesible y, sobre todo, está al alcance de un clic en cualquier dispositivo.